‘Tremendo Guandú’ apagó la cocina y 36 años de historia en Barranquilla

Emotivo encuentro en la tarde de hoy: Fabio Poveda Ruiz e Isnardo Pinilla.

POR: ZONA CERO

El restaurante se convirtió en paso obligado de artistas, deportistas y personajes de la vida pública del país.

ra Isnardo Pinilla, el restaurante ‘Tremendo Guandú’ representan 36 años de historia en la ciudad de Barranquilla.

Un restaurante que se metió en el corazón de los barranquilleros por su variada y típica carta costeña, con reconocimiento nacional e internacional.

De hecho, en sus mesas degustaron sus platos personajes de la política, el deporte y la farándula. Se constituyó así en un sitio de referencia para la ciudad.

Lamentablemente, el ‘Tremendo Guandú’ apagó la cocina este miércoles. Y con ello, 36 años de historia en Barranquilla.

Su historia se remonta al año 1962 cuando en la carrera 16 con calle 47B, barrio Cevillar, fue organizado un baile de Carnaval.

“Como todo en carnaval, fue algo informal, martes a las 3 de la tarde, con la Muerte de Joselito, con una guandulada en el patio de la casa. Todos preguntaban: ¿Y como se llama el baile? Tremendo Guandú y ahí quedó el nombre”, recordó Isnardo Pinilla.

Checo Acosta y su papá Alci Acosta, coincidieron con Fabio Poveda Ruiz en la tarde de hoy. Con ellos los empleados José Ariza y Osvaldo Centeno.

En ese lugar el baile estuvo durante tres años hasta que se trasladó al barrio La Victoria (carrera 17 con calle Murillo), donde permaneció un año y sin ánimo de lucro.

Luego, en 1969, se trasladó al barrio Boston, carrera 43 con calle 55. Durante varios años las casas de las cuadras compartían patios y terrazas, mientras que el Batallón Nariño prestaba los tambores para hacer el sancocho de guandú.

Por razones obvias la carrera 43 no se podía cerrar ya que por esa arteria desfilaba la Batalla de Flores.

Ahí comenzaron aparecer personajes de la radio como Luis Altamiranda (The Music Man), Luis ‘El Cañonero’ Arias, Andy Pérez y Mike Char, entre otros.

En esa ocasión hizo presencia en Barranquilla la Industria Licorera de Caldas con el Aguardiente Cristal, agenciado en esta capital por Edgardo Borelly, quien propuso entre 200 y 300 pesos por cada botella consumida y daba la entrada. “Apenas estaba entrando el producto y tuvo bastante aceptación”, destacó.

En esa oportunidad, Isnardo Pinilla (Pini, como se le conoce cariñosamente) se desplazó hacia Malambo en la búsqueda de ‘matas’ de Guandú, para no adornar el baile con palmeras, sino darle un toque de originalidad y hacer honor al nombre del baile.

“Estábamos tomando Ron Viejo 17 con Tamarindo Lux cuando de pronto vemos a un campesino tocando su flauta de millo en una esquina. Como dice Amparo Grisales, al verlo tocar, ‘me ericé’, lo traje a Barranquilla y Edgardo Borelly lo lanzó al estrellato. Era Pedro ‘Ramayá’ Beltrán”.

Anécdota también de la época es que no existía prohibición para carromuleros. En Malambo consiguieron 14 carromuleros que cargaron con ‘matas’ de Guandú. Borelly regaló el aguardiente y la maizena y en desfile subieron por la carrera 43 hasta la calle 72 y regresaron a la casa por la carrera 38. Algo novedoso que llamó la atención de los barranquilleros.

Isnardo Pinilla, había sido vendedor de Sears (carrera 46 con calle 53), luego visitador médico de una casa alemana y luego se fue para Cali, por lo que hubo un receso en la realización del baile.

“Pasó el tiempo y las circunstancias, 3 hijos, mi mujer, las necesidades económicas y me vi obligado a abrir el restaurante hace 36 años”, precisó.

La sede del 'Tremendo Guandú' durante 36 años.

Fue precisamente en la carrera 43 No. 74-141 (sede tradicional), una casa que había adquirido para que su mamá viviera tranquila, cerca a la iglesia. Además, existía la prohibición  de la venta de licor a una cuadra de una iglesia o un colegio. “Aquí crecieron mis hijos, con esto los eduqué en buenos colegios y universidades”.

Es de anotar que su mamá toda la vida tuvo negocio de restaurante en Puerto Colombia y Barranquilla. Y cuando ella falleció fue cuando su hijo Isnardo decidió montarlo, pero como algo informal.

Fue entonces cuando apareció el periodista Fabio Poveda Márquez (q.e.p.d.). Con Poveda los unía una gran amistad desde cuando este vivía en Sevilla (Magdalena) y tenía un equipo de fútbol (Santa Fe) y Pinilla residía en La Gran Vía (Zona Bananera) y su equipo era Boca Jr.

Cuando se enfrentaban los dos equipos, el que perdía le tocaba salir a buscar las gallinas, como sea, para cocinar el sancocho.

“A Fabio se le hizo fácil hacerse en el medio. Me da nostalgia porque él me hizo grande a mí y me hizo amigo de muchos grandes como Rafael Orozco, Juan Piña”, señaló.

Coincidencialmente, en este momento de la entrevista apareció en escena Fabio Poveda Ruiz. De inmediato Fabio e Isnardo se confundieron en un fuerte y conmovido abrazo. Hubo llanto. Nostalgia. Recuerdos.

Aquí, Isnardo Pinilla destaca dos instantes: recuerda a Fabio Poveda Márquez por lanzarlo y ahora su hijo por acompañarlo a despedir el negocio.

Isnardo Pinilla, exhibiendo una fotografía con Esthercita Forero.

A la memoria también se viene el paso por el ‘Tremendo Guandú’ de artistas, deportistas y personajes de la vida pública.

Y la lista es larga: Esthercita Forero, Joe Arroyo, la ‘Toty’ Vergara, ‘Kinito’ Méndez, Wilfrido Vargas, Francisco ‘Pacho Maturana’, el ‘Pibe’ Valderrama, René Higuita, el ‘Tino’ Asprilla, ‘Rocky’ Valdés, ‘Kid’ Pambelé, Édgar y Edinson Rentería, Julio Comesaña, Nelson Pinedo, Tania de Venezuela, Ricardo Ray, Bobby Cruz, ‘Cheo’ Feliciano, Chucho Valdéz, Rolando Laserie, Alberto Beltrán (‘El Negrito del Batey), Roberto Angleró, la Comisión Internacional de Boxeo, Happy Lora, Silvestre Dangond, Martín Elías, Peter Manjarrés, Iván Villazón, Diomedes Díaz, Víctor Manuel, Gilberto Santarrosa, Celia Cruz y los jugadores del Junior de Barranquilla, entre muchos otros.

También recuerda a la familia Char, como asiduos clientes, muy especialmente a Adelita de Char cuando llamaba y pedía su domicilio favorito: el sábalo.

Placa conmemorativa al Patrimonio Gastronómico.

Para Isnardo Pinilla, todo tiene un comienzo y un final. “Esto produce Stress. Doce personas que manejar, organismos gubernamentales que nos tienen hartos como la Dian. Tratar lo de Sayco, Acimpro. Por ser patrimonio Gastronómico de Barranquilla (13 de agosto de 2010) debería estar exento de impuestos, pero hay que pagarlos”.

En el caso de la Dian señala que es un organismo tan asfixiante que en una oportunidad le produjo un embargo, sin justificación alguna.

“Soy lector de la Biblia y hace pocos días leí que los judíos trabajaban y tenían el año sabático cuando la tierra se volvía improductiva. La del ‘Tremendo Guandú’ fue una época exitosa, pero no todo en la vida es el dinero. El éxito no es tener dinero. Que lo recuerden a uno, que no lo olviden a uno”, concluyó.

El cantante Checo Acosta, hasta el último momento acompañando en el 'Tremendo Guandú'.

De los 36 años de historia, uno de sus empleados, José Ariza, estuvo 34 años en el restaurante.

“Nací en Algarrobo – Magdalena, pero criado en Barranquilla. Todo lo que soy se lo debo a este negocio, gracias a Dios. Tengo un hogar muy lindo, 3 hermosos hijos”, relató.

Ariza recuerda su mayor anécdota. “Hace 25 años dejaron 18 millones envueltos en papel regalo y los devolví. Eran de unos guajiros, en la época de la bonanza y cuando yo andaba buscando dinero para comprar una casa. Mis compañeros se burlaban de mi porque el man solamente me regaló 2 mil pesos por devolverle los 18 millones de pesos”.

José Ariza, el empleado más antiguo, con la última guandulada.

Osvaldo Centeno también estuvo 23 años al servicio del restaurante.

“Soy de El Banco y soñaba con venir a Barranquilla. Soy aficionado al Junior y quería conocer a los jugadores”, dijo.

El sueño de conocer los jugadores no solo se le cumplió sino que, además, tuvo oportunidad de atender a artistas y personajes de la vida pública.

Tras observar la escena de Fabio Poveda Ruiz con Isnardo Pinilla, Centeno comentó: “El papá lo hizo y el hijo lo despidió”. 

También este miércoles, dos comensales de toda la vida también acompañaron el adiós: Alci Acosta y su hijo ‘Checo’, quienes también disfrutaron de los últimos platos de este centro gastronómico, patrimonio, que pasa a la historia de los recuerdos de la vieja Barranquilla.

Al final sentenció la situación: “Hoy se le murió un hijo a Barranquilla”.

Pero, para Isnardo Pinilla, “hoy se apagan los fogones, pero no el corazón”.

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