POR GASPAR HERNANDEZ CAAMAÑO
PAZ ES AMOR
La frase PAZ ES AMOR es autoría, históricamente hablando, del llamado Movimiento Hippie norteamericano que irrumpió a mediado del siglo XX, con el consumo de la marihuana, no tan medicinal para entonces, y los efectos de las drogas sintéticas, entre una juventud sedienta de sexo y naufragada por la estridencia del rock rol. Fueron tiempos promiscuo que nos hicieron pensar que regresábamos a los tiempos del Paraíso Terrenal, después de las locuras de películas de la guerra de Vietnam.
Pero nuevamente la frase sale al ruedo, sin aquéllas estridencias de los hippies, sino que ahora aparece pintada en la pared de una casa campesina del pueblo de Media Luna en el Departamento del Cesar. Así la vi y leí en una fotografía publicada en el vecino El Heraldo el día miércoles 6 de este mes patrio. Y con letras rojas escritas con brocha gorda dice» » LA PAZ ES AMOR» F.A.R.C.». En la foto se observa a un soldado del Ejército Nacional, con fúsil exhibido, leyéndola.
Para esta columna es grato saber que los grafitis que anuncian el fin de la guerra de guerrilla que nos atormenta, campos y ciudades, desde hace más de medio siglo, pinten y pronuncien, acallando los fusiles la palabra plastilina de AMOR con letras mayúsculas. Es que al fin el país nacional ha entendido que es MEJOR HABLAR DE AMOR. Y mejor aún que la maracachafa es medicinal y Jairo Vergara, el hindú, la vende líquida envasada en frasquitos de botica medieval por las calles de Salgar. Yo me compre mi frasquito porque dicen que combinada con Aloe Vera el sumo de la hierba quita todos los dolores, no solo de los huesos, sino de los amores y ahora los dolores de la guerra.
Ciertamente PAZ ES AMOR no porque lo escriban en las paredes de Media Luna las FARC, sino porque es verdad. Amar no es matar a balas, sino ahogar con besos y abrazos de hermanos. La paz es fraternidad. Y el amor es solidaridad de cuerpos y de almas. Entonces construyamos la paz anhelada con el purificador ungüento medicinal del Amor.
