Moral y amor

gaspar

Por: Gaspar Hernández Caamaño
Vicerrector Administrativo y Financiero Uniatlantico

En la Colombia en búsqueda de salir del horror de la violencia, de todo género, hacia una sociedad amorosa, es básico construir una educación cívica, moral, de dialogo y no de polémica; ésta es sinónimo de vencer uno al otro, mientras el dialogo es el camino de los acuerdos, sin ganador ni derrotado. En ese sentido conozco del debate propuesto por el exrector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman en la prensa.

Soy lector de diarios y de revistas. Y en ese oficio mañanero leí al exrector en su columna en El Tiempo. Es de los pocos que enseña con sus razonamientos públicos; casi siempre académicos. Y recientemente la revista Semana lo entrevistó. Y dijo: “En Colombia hay que trabajar desde la moral”. Y “En Colombia hemos cambiado los argumentos por las etiquetas”.

Ese planteamiento me parece correcto. Y aplicable al amor como derecho y como sentimiento. El amor exige una educación estética. Es un arte amar lo bello de la vida. Pero así mismo exige una formación moral. El amor es ético desde lo bueno. Es un argumento no maniqueo, no discriminatorio. Es el dialogo de vidas diferentes. El amor es una virtud, tanto social como personal. Por ello debe ser enseñado. Aprendido. Debe existir una educación amorosa, sobre todo en un país de horror.

Y entonces cómo trabajamos desde la moral. Desde los argumentos?. Indudablemente para mi, desde el concepto de amor como derecho y como deber, tal como esta consagrado en la Constitución Política y la Ley de Infancia y Adolescencia. Ese es la coadyuvancia que desde aquí le hago al profesor Wasserman. EN COLOMBIA HAY QUE TRABAJAR DESDE EL AMOR. DESDE LOS ARGUMENTOS DEL RESPETO. Y no desde el horror.

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