MEJOR HABLAR DE AMOR

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Por Gaspar Hernandez Caamaño

AMOR A MI MADRE. AMOR DE MADRE

Hoy, 7 de Mayo, Ma. Caamaño, mi madre, cumple 90 años de edad. Y aprovecho, con la venia, para declarar, públicamente, mi amor incondicional por Ella. Por mi madre, caballero. Ella que me dio a mi padre. Ella que me regaló a mis hermanos y hermanas. Ella que me hizo su hijo mayor.  Ella que es la abuela de los míos y bisabuela de mi nieto. Ella que me entregó familia. Esa mujer que me dio la vida. Antes que Ella no hay nadie. Es mi madre.

Y cómo es ese amor que hoy declaro?. Es nuevo. Es viejo?. Siempre he pensado que es muy difícil declarar el amor a una madre. Es que madre es amor. Es que es tan basto, el mío, que no cabe en 300 palabras. Por ello solo deseo confesar que tengo una madre de 90 años de vida. Lúcida. Simpática. Alegre. De Ella no luzco, con orgullo, su apellido, Caamaño, sino que gozo de su vida. Guerrera. Ella me enseñó la alegría de vivir honestamente. Y la alegría de leer. De vivir del trabajo. Del estudio. Del esfuerzo. Soy el hijo de una guerrera. De vida  sufrida y del ejemplo.

Ma. Caamaño siempre me lleva de la mano. No quiso que fuera poeta porque me podía morir de hambre. Cuidado. Me hice profesor por Ella. Y abogado por mi padre, Gasparemilio, que deseo tener un hijo que alegará en los Tribunales. A ambos los complací. Por ellos y ustedes estoy tejiendo, ladrillo a ladrillo, este ejercicio pedagógico de decir, cada sábado, al país de horror que es mejor hablar de amor.

Mi madre está de fiesta. Como todas las madres. Festeja 90 años de vida trabajada. Sacrificada. Luchada. Nada regalada. Por eso no puedo disimular mi amor por esa mujer perfumada y elegante, en su sencillez,  que es mi madre. Y de rodilla le pido larga vida Mamá!. Dios te cuide. Y amen a todas las madres. Amén.

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