MEJOR HABLAR DE AMOR.

Por: GASPAR HERNANDEZ CAAMAÑO

EL MUSCULO DEL AMOR

Existe una antigua discusión romántica sobre que amamos con el corazón por tanto el amor, Psicológica o sociológicamente, duele. Esa discusión reivindica la figura de Cupido cuya flecha hiera al corazón cuando nace o muere el amor.

Creo, salvo mejor opinión, que esa discusión ha sido superada por los hallazgos de la neurociencia que han centrado en el cerebro lo bueno y lo malo de lo que le suceda al ser humano. Por tanto, no es equivocado decir que los caminos, buenos o malos, del amor comienzan y terminan, así sea por atajos, en el cerebro humano. O sea que el amor ni nace ni muere en el corazón. Que su vida y su pasión son, esencialmente, neurológicas y no cardíacas.

Pero muy a pesar de todos los avances logrados en los estudios  de la neurociencia es imposible despedir al corazón de los senderos del amor, fundamentalmente del amor erótico, no el de Cupido sino el de Eros (otro dios), del amor sexual, ese que se consume en parejas. En esa actividad amorosa y bien humana, zoológicamente hablando, el corazón, concebido como lo descubrió Leonardo Da Vinci, juega un papel medular en cualquier cancha.

«La aportación más significativa de Da Vinci fue la relativa a la sangre y al aparato cardiovascular. En concreto descubrió que el corazón es un músculo y que, por consiguiente, la vida es una cuestión de fuerza”. Esto leí en el libro «50 GRANDES IDEAS E INVENTOS DE LEONARDO DA VINCI» (Blume), de varios autores. O sea que el corazón es un motor de muchos caballos de fuerza. Y en el sexo sin fuerza no hay amor. Y menos sin sangre caliente. Erguida.

Entonces sin sangre fluida no funciona el cerebro como transmisor y generador de conocimientos y sentimientos. Por lo que puedo concluir que el amor, el erótico o el social, es un asunto cardioneurológico que exige sanidad cardíaca y cerebral.

Sin un corazón sano no hay un cuerpo sano y menos una mente sana. Y sin cuerpo y sin mente no hay amor.  Por ello lo que duele, en el amor, es la falta de un buen motor. Y como canta El Cacique «el Toyota nuevo …pidiendo vía». Amar no causa dolor si usted tiene sano su corazón.  Ni piensa ni siente, pero es el músculo del amor.

 

 

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