(Pedro Torrijos)
En la India hay unos templos que no se construyeron hacia arriba, sino hacia lo más sagrado que hay: el agua.
Tienen mil años y su geometría escalonada parece de un videojuego.
Pero, ¿por qué son así?
En 1911, las autoridades británicas en la India decidieron cambiar la capital, de Calcuta a Delhi.
Y claro, para que la nueva capital fuese lo más lustrosa posible, se preocuparon mucho de limpiarla y adecentarla de arriba a abajo.
En los alrededores del Fuerte Rojo había una galería a cielo abierto que usaban como calabozo. El suelo de la galería estaba lleno de escombros, así que también decidieron quitarlos.
Toda la ciudad estaría reluciente. También sus cárceles.
Pero cuando empezaron a retirar los escombros, descubrieron que debajo había una escalera que bajaba y bajaba.
Cuando lo limpiaron todo, se encontraron con algo que solo podía nombrarse como maravilla.
El Agrasen Ki Baoli. La cisterna del Rey Agrasen.
Después de tantos siglos, quién sabe si después de más de un milenio cubierta por tierra y desperdicios, el legendario pozo del Rey Agrasen volvía a ver la luz.
Pero lo más increíble del hallazgo era que al fondo de esas escaleras, muy al fondo, el Templo del Rey Agrasen seguía teniendo agua.
Porque, en realidad, el templo no era un templo. Era, sencillamente, una cisterna.
Un gran pozo para recoger tanto el agua de la lluvia como el agua de filtración subterránea.
Estas cisternas escalonadas, llamadas baoris o baolis, no se excavaron solo en Delhi. Las hay por todo el territorio de la India, especialmente en Rajastán.
Y tiene sentido, pues precisamente Rajastán es de las regiones más áridas de la India.
Y digo que tiene sentido porque los baoris no son solo pozos, no son un agujero desde el que se saca agua con un cubo. Son artefactos arquitectónicos de primer orden y valiosos lugares de reunión para la comunidad.
No, no se saca agua de un cubo, se BAJA hasta el agua.
Y por eso, en un entorno árido como Rajastán, los baoris se comportan como plazas abiertas al cielo y en contacto con lo más sagrado que tienen: el agua.
Esencialmente hay dos tipos de baoris: los lineales, como el del Rey Agrasen o como el FORMIDABLE Rani Ki Vav en Patan.
El Pozo de la Reina.
Rani Ki Vav es un pozo entendido verdaderamente como un templo del agua.
Una escalera que desciende durante más de cien metros y baja 8 plantas atravesando pórticos y columnatas hasta llegar al reservorio circular del final.
Y verdaderamente parece un templo del agua de los del Zelda.
Un camino hacia las profundidades para encontrar el tesoro más preciado.
El agua.
El agua iluminada desde el cielo.
El agua desde lo profundo de la tierra hasta el confín del universo.