POR GASPAR HERNANDEZ CAAMAÑO
Redacto esta columna, casi siempre en las madrugadas. Y casi siempre creyendo que converso con alguien, un interlocutor invisible, al que le cuento lo que siento y pienso, no solo del eterno Amor, sino de los asuntos de la actualidad. También de los libros de papel que leo y lo que veo en cine. Esta nota nació del libro HOMO DEUS, BREVE HISTORIA DEL MAÑANA (Debate), del profesor de la Universidad de Jerusalen, Yuval Noah Harari.
Escribir sobre cómo será el mañana es ser poeta a lo Julio Verne. Además de anticiparse a la muerte, que cada día esta más ausente en la historia futura de la humanidad. Pocos humanos mueren de hambre, como los niños wayuu. Tampoco de pestes. Y la violencia esta cediendo a la paz. Eso es cierto en la historia de hoy. La del mañana apenas la estamos imaginando. Escribiendo.
Dice el autor de HOMO DEUS (hombre dios) que » la palabra PAZ ha adquirido un nuevo significado. Generaciones previas pensaban en la paz como la ausencia temporal de guerra. Hoy en día pensamos en la paz como la inverosimilitud de la guerra». Es la concepción de una NUEVA PAZ. Y de esa nueva idea de paz debemos hablar los colombianos. Debemos reinventar el Acuerdo plebiscitario fallido.
Teniendo un Premio Nobel de Paz, no podemos seguir creyendo, como insensatos, que la guerra nos dará poder frente a los demás. La misma guerrilla ha anunciado que se quiere quedar sentada en La Habana: allá la vida es sabrosa. Entonces la paz del mañana, la nueva, no es sino la amorosa, la que se funda en los abrazos. En el perdón. No hay otra, señores de la guerra. Compórtense como Dioses y escriban la historia del mañana.
