LA MADRE, EL AMOR Y LA MUERTE

POR GASPAR HERNANDEZ CAAMAÑO

Quién puede acabar El Amor a una Madre? Nada ni nadie. Ni La Muerte, que todo lo acaba, puede. La razón?. La Madre es El Amor. Sin la figura o la institución de La Madre no existiera, en la historia de la humanidad, el amor. Así de simple es la cosa. Ella, la madre, creó el amor. Y lo mas grande: lo desarrolló y lo expandió por el universo entero, como un grano de mostaza, para que a nadie le faltase. Sin Madre no hay Amor en el mundo.

El amor es agricultura. Es decir CULTIVO. La única economía que engrandece a quien la practica es la agrícola. No envilece. Es toda nobleza. No esta el agricultor para las intrigas de la bolsa, sino que la semilla no muera. Y la agricultura, lease bien, las labores de sembrar la tierra para cultivar alimentos, es una labor de mujeres. De la existencia de un vientre fértil. Es la vida de La Madre. Esa institución que sólo da vida. ¿Entendido?. No no creo sencillo. Pero sin La Madre no habría agricultura. Ni campo. Ni alimentos. Ella cultiva hijos. Y estos son la familia.

Quién, entonces, puede romper ese hilo que une a los hijos con Ella, La Madre?. Nadie. Repito nadie. Otra cosa es que se crea, falsamente, que al momento de depositar el féretro con el cadáver dormido de La Madre en la tumba, tierra abierta, se acabe ese lazo de sangre y abrazos.; dizque porque La Muerte, mujer ella, todo lo acaba. Mentira. Con la sepultura se dimensiona, eternamente, ese cordón que une para siempre al hijo con SU madre. ¿Entendieron?. Creo que si.

Yo, hijo, existo por que tuve, tengo, una madre. Mi madre. Maria Caamaño. Ella partió para quedarse conmigo. Su hijo. No el de otra madre. Asi de sencillo. Esa muerte sin dolor. No letal, la de ella. No acaba mi Amor por ella. Mi madre muerta es agricultura, semilla, alimento, amor eterno. Nunca podre dejar de ser su hijo. Chao! Mamá. Soy tu capacidad. Soy tu hijo. Ni la muerte, Doña Ella, pudo acabar Mi Amor por ti: mujer bella