CARTA ABIERTA DE UN DOCENTE

CARTA ABIERTA

A la Comunidad Docente y Estudiantil de la Universidad del Atlántico.

Prof. Álvaro B. Márquez-Fernández

PhD, Universidad de Paris I, Paris, Francia.

Profesor Eméritus de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela

 

A un modelo de poder visible

se corresponde un dispositivo de poder oculto.

FOUCAULT

 

Resultado de una serie de motivadoras conversaciones con colegas colombianos, fui invitado expresa y formalmente, por el Decano de la Facultad de Ciencias Humanas, el Prof. Fidel Llinas Zurita, de la Universidad del Atlántico, como Profesor a Tiempo Completo, ocasional, para desarrollar actividades de docencia, investigación y editoriales, durante el último cuatrimestre del año 2015.

Un compromiso de palabra, en Julio de 2015, motivó mi aceptación, durante mi primera visita a Barranquilla, para dictar una conferencia magistral sobre Hermenéutica del tiempo de la norma Jurídica, resultado de una investigación que sigo en el Departamento de Hermenéutica Jurídica de la Universidad de Cassino en Italia (publicado en la Rivista Internationale di Filosofia dei Diritti Umani de la Universitá Federico II de Nápoles, Italia, Vol. 43, Sep-Dez).

Días después el compromiso institucional del Rector (E) Rafael Castillo transforma en verdad de hecho esta realidad a través de uno de sus últimos actos administrativos, el Contrato laboral que posteriormente suscribe con toda atención la Rectora (E) Rafaela Vos Obeso.

Tal disposición me dio la certeza y credibilidad de estar en presencia de lo que es y debe ser la Universidad en América Latina: un espacio de encuentro para la conciencia emancipada. Tomé posesión de mi cargo el día 3 de Septiembre de 2015.

Al día de hoy mi situación laboral es muy diferente. Muy responsablemente quiero señalar que ese espíritu de compromiso institucional, desde mi llegada, no lo he observado por parte de ninguna de las personas que obstentan una posición de poder para gestionar la burocracia administrativa universitaria. Mi estancia se ha desarrollado en un ambiente de improvisación e irresponsabilidad en cuanto a la definición de mis labores.

Ello se debió a la completa falta de directriz del Decano Fidel Llinas para estructurar una agenda de trabajo y luego cumplirla.  A saber:

No tenía carga académica designada. Nunca se dieron las reuniones pautadas para colegiar con otros investigadores lo que suponía un interés compartido para el logro de objetivos y metas institucionales, como por ejemplo: colaborar en la organización y desarrollo de programas de postgrado. Mis horas de trabajo se interrumpían para permanecer como invitado de piedra a la espera de una reunión que frecuentemente se suspendía o de efectuarse nunca se trataban los asuntos de interés para la Facultad y la Universidad en general. Hubo siempre un vacío, un silencio, por parte del Prof. Llinas, para organizar y llevar a término la agenda de trabajo que habíamos pautado a la que me refiero enseguida:

La agenda inicial presentada recogía mis actividades de docencia e investigación, en las Maestrías de Lingüística, Género y Literatura, revisar acreditación del Programa de Maestría en Filosofía, énfasis en Ética y Política y Filosofía de las Ciencias, apoyar las publicaciones, crear la Coordinación del Doctorado en Ciencias Humanas de LUZ a través de un Convenio Interinstitucional. Ninguna de estas actividades tuvo feliz cumplimiento.

A pesar de esto, pude armar un programa de actividades que le presenté al Decano que constaba de:

  1. Dictado de un seminario de extensión para pregrado de 16 horas docentes;
  2. Presentación de sendas ponencias en el Foro de Estudiantes de Filosofía organizado por la Facultad,
  • Simposio Internacional en la Universidad Simón Bolívar y otro en la Universidad Simón Rodríguez de Caracas, Venezuela (a este evento no pude asistir por falta de financiamiento y no estar adscrito a COLCIENCIAS);
  1. Redacción final de dos libros de mi autoría que se han publicado en la Editorial Nova Harmonia (Brasil) bajo el sello conjunto de la Universidad del Atlántico;
  2. Lineamientos generales para la creación de la Cátedra Intercultural Latinoamericana y del Caribe;
  3. Arbitraje de artículos para revistas colombianas indexadas y asesorías editoriales e invitación a formar parte de comités científicos en otras universidades colombianas.

En todas estas actividades aparezco formando parte de dos Grupos de Investigación de la Facultad de Ciencias Humanas, Intelelectus Greacus Latinus y Languague Circle, adscritos a COLCIENCIAS.

Las trabas burocráticas han impedido a causa de una especie de “información clasificada” mi acceso a los procedimientos; limitando el libre desenvolvimiento de mis funciones al no disponer del asesoramiento respectivo, que en mi condición de profesor extranjero, le correspondía ofrecer al Decano y su tren administrativo. Por otra parte, tenía una completa ignorancia de lo importante de registrar mi Hoja de Vida en COLCIENCIAS, solo muy tardíamente descubrí que se debía habilitar ese dominio administrativo.

Así pasaron los días y meses hasta llegar el mes de Diciembre, donde la cuestión más álgida que experimenté, se refiere a las gestiones y el seguimiento para obtener la carta de intención por parte del Decano Llinas y así poder solicitar en Migración Colombia la renovación de la visa de trabajo para el nuevo contrato, por supuesto, ya se notaba sin medias tintas el desinterés total por la agenda de trabajo comprometida.

Fue un verdadero peregrinaje de contradicciones, hasta el punto de enfrentar tal negligencia el día de salida de vacaciones de navidad, pues el trámite no se había cumplido. La respectiva carta nunca llegó a Talento Humano y la Rectora (E) Rafaela Vos Obeso, terminó firmando la carta aval a tiempo completo ocasional que se requería.

El asunto no concluye allí, pues el Decano Llinas al llegar la primera semana de enero 2016, nunca me habló de lo que se agenciaría como actividades para este año y de manera inconsulta decidió desmejorar mi condición como profesor invitado Tiempo Completo ocasional, a Medio Tiempo ocasional.

Es obvio que en ningún momento fui notificado, tampoco soy conocedor de si esta decisión fue tomada en el Consejo de Facultad. En todo caso, esta es otra agresión más contra mis derechos laborales y humanos, que estoy denunciando públicamente, porque no conozco la evaluación de méritos y credenciales que le permitieron al Decano Llinas una decisión tan radical y extrema, que coloca en riesgo mi estabilidad personal, al desmejorar sensiblemente mi sueldo.

He detectado en relación con todos los hechos enunciados, y otros más que por falta de espacio no se pueden señalar, premeditación y alevosía, pues no solo se me ha perjudicado moral y profesionalmente, sino que tal estilo de gestión decanal, apuesta temerariamente al descalabro y disolución de los bienes patrimoniales intangibles de la Universidad del Atlántico. Un excesivo juego de poder discrecional coloca en las manos de la persona del Decano, animado por sus intereses personales y políticos oscuros, decisiones institucionales que dependen de un cuerpo deliberativo de autoridades y representantes universitarios.

La ley de Universidades lo compromete y responsabiliza como servidor público del bienestar físico y material de la comunidad académica. Este tipo de acciones lesiona severamente el orden normativo de la Universidad y seguramente existen pruebas de hecho que pudieran implicar un proceso de sanción penal. 

Una tragedia griega enluta a esta Universidad. Un terrorismo de cofradías y consortes clandestinos en alianzas de micro poderes acecha, casi a diario, detrás de cada toma de decisiones, opiniones, que enturbian y esclerotizan la mirada lúcida, transparente, el juicio de razón moral y la responsabilidad social, que debe caracterizar a la Universidad. Una institución pública que gran parte de su gerencia parece desconocer cuál es su deber ser en su compromiso con el derecho a la verdad.

He vivido un via cruxi académico a causa de una total carencia de gobernanza institucional que viene depredando a una Universidad que parece tenerlo todo para estar a la vanguardia de las agendas internacionales de la investigación científica y humanística y sin embargo, muchos de sus dirigentes son reiterativos en conductas de descredito público de la institución. En las manos de este tipo de gestores se reproducen como esporas, una serie de entuertos y errores de forma y de fondo, que fácilmente nos permiten cuestionar el grado de legalidad y de validez de las normas que rigen a esta comunidad.

Las trabas burocráticas son de toda índole entre la desinformación y el anonimato: al parecer una dualidad entre una Universidad sin proyectos de vida pública, pues es una caja de resonancia de la partidocracia y élites de poder; y, la invisibilidad que le permite estar a la sombra del franco tirador, tal como reza el refranero popular: “tira la piedra y esconde la mano”.

He llegado a esta Universidad, con una Hoja de Vida del más alto nivel (Cfr. www.colciencias.gob.ve) muy mal valorada por los “expertos pares” (más que “ciegos” en mi caso), que lesionó directamente mis derechos como académico de prestigio en el ámbito del pensamiento latinoamericano. A mi apelación nunca se le dio oportuna respuesta ni oral ni escrita, hasta la fecha, por parte del Vicerrectorado de Docencia a cargo de la Prof. Clara Fay. La Universidad es, a mi modo de ver, un ente “sordo-mudo”. Igual caracterización se le puede hacer a todo el organigrama de funciones y obligaciones que tiene esta Universidad para responder a los intereses y necesidades de su comunidad de profesores y estudiantes.

Son muchas las responsabilidades que tiene en su haber el Decano Llinas en la manera de llevar del modo más antiético este asunto. Me parece que debería dar cuenta de sus actos, aunque sabemos que acá prima la condición de confidente de la que es subsudiario a causa de las cuotas de poder que también reinan en estos espacios. Esto es una realidad, sin embargo, la esfera de los intereses privados de estos gestores no debería prevaler sobre los intereses públicos a los que se debe la Universidad.

Por último, contrariamente a lo que opina la Rectora (E) Rafaela Vos Obeso, ella también hace parte de la gestión de poderes que se cumplen en la jefatura de sus Decanos.  Le corresponde velar por el trato digno que se merece su comunidad académica, sin dar pie a las segregaciones o exclusiones; especialmente de los profesores invitados que están avalados por Institutos, Centros y redes internacionales de investigación (Cfr. Google student), con producción arbitrada e indexada (Scopus, ISIS, Thompson, REDALyC, EBSCO, etc).

Ante esta lamentable situación, deseo hacer público mi rechazo más enérgico a la forma como se me ha tratado en este Universidad, y exhorto tanto a la Rectora (E) Rafaela Vos Obeso, como al Gobernador Verano de la Rosa, a tomar cartas en el asunto, a investigar a fondo un conjunto de irregularidades que se comenten en la Universidad del Atlántico que van en perjuicio del patrimonio de la sociedad barranquillera y de su Alma Mater.

En la ciudad de Barranquilla, a los veintiséis días del mes de Enero de 2016.

 

 

 

 

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