Por Gaspar Hernández Caamaño
Estuve el lunes en Medellín, fui a ver y a escuchar a la filósofa norteamericana Martha Nussbaum, invitada por la Universidad y la Gobernación de Antioquia a dar una serie de conferencias, sobre las emociones políticas en la construcción de una ciudadanía amorosa en un mundo de horror.
Asistí en el Teatro Pablo Tobón Uribe al conversatorio, “Por qué el amor es importante para la justicia? Emociones políticas en un país en un proceso de paz?”, entre la invitada con el gobernador Sergio Fajardo, bajo la conducción del profesor Pablo Patiño. El aforo fue total y durante más casi dos horas escuche que es necesario mejor hablar de amor, que de la ira y el miedo. Informe que Colombia es el único país del mundo occidental donde se consagró al Amor como un derecho constitucional y un deber legal a favor de los niños.
La filosofa me escuchó atenta y sonriente. Y el gobernador respondió una inquietud despertada al oírme decir que solo educando en el amor podemos superar el horror. Y una jovencita preguntó si es válido enseñar Amor y la invita contesto que SI. Que hay que aprender amar desde la infancia para tener una vida buena y feliz.
No perdí el viaje a las montañas dije, pues había informado que venía de Barranquilla, pues ratifique, una vez más, que no estoy
equivocado cuando sueño en desarrollar una Cátedra del Amor y propongo cada sábado una idea o noticia para mejor hablar de amor. Y me obsequiaron el libro, editado por la Universidad de Antioquia, «LA ECONOMÍA AUN NECESITA DE LA FILOSOFÍA», de la profesora de la Universidad de Chicago. Sigo convencido después de regresar de la primavera que el amor nos sacara del horror.
